Porque es una mujer de otro mundo. Su nombre es Mendoza, y es cierto que tiene diecisiete años y que es española. Pero también es el producto de un experimento sobre inmortalidad del siglo XXIV que la ha dotado de una abrumadora inteligencia y un cuerpo virtualmente indestructible. Sus maestros la han enviado al jardín de Sir Walter Iden en Kent para recuperar plantas extintas, no para enamorarse. Y para cuando descubran lo que ha sucedido con Mendoza y Nicholas, ya será demasiado tarde...
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