La vida de Juan Tostado, aquel morrito pandillero que creció hasta convertirse en una pieza fundamental de la partida de ajedrez que mantienen los cárteles, las clicas y el estado corrupto y fallido, ha llegado a un punto de no retorno. Su paso por la cárcel supone su descenso a los infiernos, la deshumanización total del pandillero de barrio. La lucha por la supervivencia en el penal se lleva por delante sus últimos atisbos de humanidad. En la mente de Juan bullen ideas sin control. Se da cuenta que ha llegado a un callejón sin salida, el cual en nada se parece a la vida que soñaba para sí mismo. Ante él se abre un abismo de violencia hasta la muerte que parece ser su destino inexorable. Sin embargo, aparecen en su vida nuevas ideas de revolución encarnadas en la figura del Pibe y a ellas se aferra para buscar una nueva esperanza y rescatar lo poco decente que le queda: el amor por su barrio. En la Morelos se desencadena una batalla sin cuartel por el control del barrio en la que participan todos los grupos armados, legales, alegales e ilegales, y en la que se emplea todo tipo de armamento, desde helicópteros, bazookas y fusiles de asalto a navajas y.
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